Lo que la protesta se llevó

Hace poco se extendía por toda Internet la noticia de que el canal de streaming HBO Max, retiraba de su cartelera digital la famosa película de 1939 Lo que el viento se llevó. El motivo aducido en un principio por la cadena fue que la película mostraba una representación racista de los personajes negros.

Ambientada en la Guerra de Secesión de los Estados Unidos (1861-1865), los protagonistas de la famosa película son miembros de los estados confederados, donde la esclavitud todavía no había sido abolida, por lo que los actores negros (entre ellos Hattie McDaniel, primera afroamericana en ganar un Oscar, precisamente por su papel en esta película) representan, evidentemente, a esclavos. (La palabra clave es representan.) La recreación nostálgica de los estados sureños en una época anterior a su derrota en la guerra civil y la presentación de personajes negros mediante estereotipos despectivos es un tema que ya había herido susceptibilidades antes, y en el marco de las protestas por brutalidad policial en todo el país se volvió candente actualidad.

Para ser honestos el tema de HBO no es una cancelación permanente, como algunas voces han dado a entender. La cadena ha asegurado que la película volverá al catálogo, acompañada eso sí de una explicación del contexto histórico, una denuncia de las representaciones racistas contenidas y un descargo de responsabilidad, no vaya a ser que los espectadores se confundan y crean que la cadena está haciendo un alegato en favor del gobierno confederado y proponiendo la vuelta de la esclavitud racista a los EE.UU.

Este asunto se enmarca dentro de una larga serie de eventos en el cual las sensibilidades del público (de unos pocos, normalmente) están haciendo doblegarse a las compañías productoras de entretenimiento para acomodarse a unas demandas que nunca estarán satisfechas del todo. Un ejemplo es la película de superhéroes Black Panther (2018); en ella no podía haber quejas en cuanto a la diversidad del reparto (aunque este fuese muy poco diverso, los actores eran mayoritariamente afroamericanos), tampoco por la falta de personajes femeninos fuertes y capaces, así que las quejas vinieron porque no se veía a suficientes personajes LGBT, como si la orientación sexual fuese una etiqueta que hay que llevar pegada en la frente.

Ya dice el refrán que nunca llueve a gusto de todos. La incapacidad de algunas personas para aceptar que otros puedan tener un gusto diferente, una opinión diferente, o que puedan interpretar las cosas de una manera diferente, me parece alarmante, y más cuando mayoritariamente viene de grupos que se hacen llamar progresistas, pero que parece que sólo progresan hacia ideas más cerradas cada vez y con menos margen para el pensamiento.

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